A finales de Septiembre, en un precioso fin de semana de este maravilloso pueblo de Avila (que tantos post he incluido en este blog, y los que vendrán), salimos a caminar como siempre campo como parte fundamental de nuestras actividades en Bonilla. Pero esta vez, me llevé la cámara sin una idea muy clara de lo que iba a hacer con ella.
Y la verdad, cuando puse mis ojos en perfil fotógrafo, el dedo empezó a disparar el gatillo a buen ritmo. Empece a redescubrir detalles, luces y formas que sin duda eran muy especiales, y que todos los días pasaban en parte desapercibidos ante la magnitud de la imagen general.
Me parece que me he llenado de verborrea en estos tres párrafos, y la verdad es que lo único que quiero hacer es, como siempre chulearme (¡va con ironía!) con estas fotos, que espero os gusten.
Para el que quiera ir a Bonilla de la Sierra, un par de enlaces:
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